Manuel Cortijo presenta en la Peña Rodense de Madrid su poemario «Los dones de la luz»

Junto a Cortijo, participaron en la presentación la filóloga y prologuista del libro Rocío Alarcón, el poeta Cristóbal López de la Manzanara, y el poeta, escritor y crítico literario José López Martínez, acompañados de algunos miembros de la Junta Directiva de la Peña Rodense: su presidente, Claudio Cortijo, Juan Nieto, Charo Báguena, Lolita Toboso, la secretaria Elena Cortijo, etc.
Rocío
Alarcón señaló, en primer lugar, la sensibilidad creadora de Cortijo en
este poemario: «Nuestro poeta cree en la fuerza de la palabra». Y
añadió: «Todos los que le conocemos bien sabemos que él tiene una gran
sensibilidad y por ello vive desde el corazón. La sensibilidad es un don
que él tiene y que le permite empatizar más con las personas y
profundizar en la poesía». Tras señalar la naturaleza metapoética del
libro, Alarcón afirmó que «la esperanza del poeta se muestra a través de
sus versos mediante la luz, la luz que vemos en la palabra, la luz de
esa persona llena de cariño, tierna, humilde, una persona muy valiosa
para muchos y, en especial, muy valiosa para mí. Él es un buen amigo,
alguien que sabe escuchar a los demás y darles su amor y su atención
cuando lo necesitan».La cosmovisión de la poesía
López de la Manzanara comenzó su sentida disertación sobre la obra de Manuel Cortijo con una cita de Francisco Umbral: «Escribir es la manera más profunda de leer la vida», y afirmó que el poemario de Cortijo es un libro escrito desde el corazón, cosa que ya se demostró en el anterior, Memoria de lo usado, del que hizo una referencia elogiosa de su contenido. Señaló una frase registrada en el prólogo por Rocío Alarcón: «Su poesía es un arma cargada de esperanza». El poeta, escritor y farmacéutico resaltó a modo de ejemplo algunas estrofas del nuevo libro de Cortijo, señalando en conclusión que «la luz ilumina la palabra y la saca al palacio de la vida». Su excelente intervención llenó de emotividad el pletórico auditorio de la calle de la Paz, y cerró sus palabras con este broche dedicado a la obra de Manuel Cortijo: «Nos anima con su cosmovisión de la poesía».
Manuel
Cortijo, por su parte, recordó que ha presentado el libro anteriormente
en La Roda, su patria chica, y en Getafe, su actual lugar de
residencia, y dio las gracias a sus padrinos en este acto diciendo que
«menudo atolladero emocional en el que me han metido quienes me han
precedieron en el uso de la palabra». Agradeció asimismo su
participación a los poetas que intervinieron en la primera parte del
acto y recordó que volvía de nuevo a la Cuerva Literaria por segunda
vez, después de haber participado en una de las primeras, hace ya la
friolera de cuarenta años.Dijo de su propio poemario que es una visión metapoética, «una mirada en búsqueda del otro lado de las cosas, de lo que no se ve, de la cara “B” del otro yo poético, que estaba ahí y aún no conocía». Seguidamente leyó algunos poemas de su libro, intervención que contó con la atención solemne y el reconocimiento agradecido de los aplausos insistentes del público.
Finalmente, cerró el acto el erudito José López Martínez, quien resaltó con emotivas palabras las muchas virtudes del poeta protagonista y la creación que presentaba en la Peña Rodense: Los dones de la luz, «que su autor ha dividido en dos partes, ambas coincidentes y complementarias, en las que la sensibilidad y el talento del poeta rodense ahonda y nos acerca al misterio de la luz en su sentido más abarcador y trascendente», dijo. Destacó López Martínez el mundo interior del poeta y «ese acercamiento a la inmensa metáfora de la luz desde la que podemos abordar nuestros mayores problemas. La luz como conocimiento, como principal alcaloide de la imaginación», frase con la que concluyó el acto, que fue seguido por el tradicional almuerzo de hermandad entre los rodenses en la diáspora.
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