UNA HISTORIA DE POEMAS
JAMÁS CONTADA
Para la presentación del libro: POEMAS DEL CUARTO DE BAÑO
Editorial Babilonia
Valencia 2013
Autor: Teo Serna
La historia del “cuarto de baño” tiene su comienzo
en Escocia hace la friolera de diez mil
años. , fueron los habitantes de las islas Oreadas, frente a la costa de esta
región del Reino Unido, quienes construyeron los primeros sistemas tipo letrina
para alejar de sus hogares los desechos. Unas conducciones que iban desde las
viviendas de piedra hasta los torrentes, lo que permitía satisfacer las
necesidades en el interior en vez de tener que salir a evacuar las inmundicias
al exterior.
En Oriente, la higiene suponía un imperativo
religioso para los antiguos hindúes, y en una época tan lejana como en el año 3.000
a.C. muchas casas poseían ya instalaciones sanitarias privadas. En el valle del
Indo, en Pakistán, los arqueólogos han descubierto baños públicos y privados
provistos de cañerías de barro cocido incrustadas en obra de ladrillo, con
grifos para controlar el agua.
La tecnología del cuarto de baño evolucionó entre
los antiguos egipcios. Hacia el año 1500 a.C., las casas de los aristócratas contaban con tuberías de cobre por las que
fluía agua fría y caliente, y el baño corporal completo formaba parte de las
ceremonias religiosas.
Pero fueron los romanos quienes, hacia el siglo
II a.C., los que dieron con el quid de la cuestión pues convirtieron el baño en un acto social y
construyeron enormes balnearios públicos que hoy podrían rivalizar con los más
caros y lujosos clubes dedicados a la salud. Con su amor al lujo y al ocio, los
romanos dotaron estos baños públicos con jardines, tiendas, bibliotecas,
gimnasios y zonas de reposo para lecturas poéticas. De ahí le vino a la idea a
Teo de realizar un recital de una manera tan clásica, lejos de los
oropeles de recitales que trascurren según las normas
sofisticadas de los juegos florales, los
juegos de la gaya ciencia.
Revolver las cenizas una
nueva función del poeta, nos insinúa Serna.
-Vamos que los poetas son los piconeros de las palabras-. Los hacedores de esas
brasas que dan calor al lenguaje, para que las palabras resurjan de sus propias
cenizas al aire.
Con tanta incineración
tardó mucho el poeta en darse cuenta del
papelón que realiza la R.A.E. y como luego veremos ha jugado una baza definitoria
en la obra del artista. Este desconocimiento no fue
fruto de su torpeza o cortas entendederas,
sino porque ese día que explicaron los nobles quehaceres de tan alta institución
el poeta no fue a clase víctima de la picadura de un mosquito maldito,
un díptero del la familia Anopheles, variedad Latryno
sativa o armortus por su avidez a
las gachas, insecto que le inoculó el Plasmodium de la poesía. Pero le quedó una laguna, el secreto
tan real como académico que lo tuvo que aprender de oficio a base de reinventar en este lugar de La
Mancha del cual yo siempre quiero acordarme.
Otro momento crucial que
marcó al poeta fue una de las mortecinas noches de otoño en la que practicaba
el susodicho una sesión de espiritismo en la parte gerencial de una de las bodegas novecentistas más emblemáticas de la
localidad. Otra fiebre sufrida por el artista,
la de la adicción a las ciencias ocultas que suponía el eco iconoclasta
de la movida madrileña llegados estos lares. El espíritu que acudió se trataba
de un
antepasado suyo por parte materna.
D. Juan Manuel Fernández Pacheco, primer director de la Real Academia de la
Lengua, allá por los albores del siglo dieciocho, precisamente en la época en que nacieron muchos inventos,
entre ellos el invento del sifón para el cuarto de baño o como denominaba su
inventor, un ilustrado lord: La trampa
del olor. Pero no dejemos la trama espiritista, la aparición del alma de D. Juan Manuel, fruto de la invocación, le susurró al oído del poeta un mandamiento
nuevo: limpia, fija y da esplendor. El
poeta se quedó con la copla, por no decir atónito por el mandato que le impuso este antepasado suyo, marqués, como suelen ser la mayoría de los antepasados
que se precien de ello. El poeta primerizo en estos avatares de la Ouija la orden se la tomó tan en serio que le dio a la brevedad de los haikus. Tal fue el punto de obediencia
que
las vecinas próximas a la bodega se enfadaban porque los lunes tenían
que barrer todas las palabras que había quitado Teo de sus poemas y tirado
por torreón modernista de la vetusta bodega para llevarlos a la mínima
expresión; al poema minimalista nipón
que dicho sea de paso se trata de una soleá
más exótica y snob. Y el enojo de la
vecindad ocurría precisamente los lunes
porque el innoble oficio de la lírica es cosa de domingueros.
La obsesión por la higiene literaria llegó a tal extremo que frotó y frotó
las palabras de los poemas para
sacarle lustre y en el tercer
estadio ocurrió que los dejó en cueros
por la ofuscación de suprema limpieza.
A los poemas aunque escuálidos les
cantaban las axilas por Haikus o mejor dicho por soleares, y a las poemas de
tanto pisar descalzas las baldosas
blancas y negras de la existencia se le ensuciaron las plantas de los pies con
lo que el poeta decidió llevarlos al cuarto de baño y allí empezó la vida cotidiana entre los azulejos y el origen de la desnudez. En ese cuarto fue el hábitat donde se descubrieron las feromonas,
en esa asepsia de la bañera que serna la imagina como una especie de
nave Nautilus timoneada por una especie de capitán Nemo de Julio Verne. El poeta consigue reflejar la soledad del amor en el deseo. Una historia recurrente
pero jamás bañada, no en vano Octavio
Paz afirma: que el erotismo es una metáfora de la sexualidad y la poesía
una erotización del lenguaje.
Estos poemas sin duda se
aroman con la cultura plática. Tal han sido la cantidad de baños que a ellas, a
las poemas, le han salido una especie petequias que por su distribución parecen puntos Benday que
nos recuerdan a la mujer en la bañera de Lichstenstein. Ellos juegan a ser Marlons Brandos imposibles en
busca de Jeannes, mientras el cartero siempre en la Mounstra llama dos veces cuando
trae la última versión de las variaciones Goldberg.
Cristóbal López de la Manzanara
Getafe a 6 de junio de 2013
EN LA PENUMBRA VANA Y LA BUENA SOMBRA
LA SOMBRA ADIVINADA
ANTÍTESIS
LA BOUTIQUE DEL BAÑO
OTRA BUENA SOMBRA
UN ANTES
BAÑADO
DUCHADO
¿Quién falta aqui...?
No hay comentarios:
Publicar un comentario